sábado, 25 de abril de 2015

LOS INADAPTADOS EN LA EMPRESA ACTUAL

Es indiscutible que la empresa de hoy día debe cambiar sustancialmente su forma de actuar y de organizarse si quiere subsistir. Y siendo sus empleados lo más importante que tiene, debe  cambiar constantemente la forma de tratarlos, tanto durante la contratación como durante el trabajo diario.

Hace muchos años, lo que más se apreciaba de un trabajador era su disciplina y subordinación a sus superiores: "es muy bueno, hace lo que se le dice bien y sin rechistar". Esta percepción está cambiando lentamente, precedidos por la forma de gestión social de las empresas de Silicon Valley: hay que lograr que el empleado se sienta a gusto, que pueda desarrollar su creatividad en un ambiente acogedor.

Dentro de esa tendencia general, es interesante la cada vez mayor apreciación del empleado "inadaptado" o "desarraigado". En un anuncio de la TV estadounidense en 2011 se exaltaba a los que "bricolean, construyen, crean". Hubo incluso un famoso anuncio de Apple en el que se glorificaba a los "chalados", los "inadaptados", los "inconformistas", los "que crean jaleo", en el que aparecían imágenes de Einstein y de Bob Dylan (y, añado yo, debía haber aparecido también la de Steve Jobs).

La idea cada vez más extendida es que el progreso en la actualidad no se produce más que por la mejora de productividad, el ingenio y la creatividad, y eso lo pueden dar en mayor medida los trabajadores "fuera del sistema". En las grandes compañías tecnológicas californianas, lo anterior ya es un paradigma; y no hay que olvidar que el resto de compañías mundiales suelen mirar a los EEUU para buscar inspiración: hasta las empresas punteras chinas están empezando a salir del corsé del  conservadurismo y autoritarismo a ultranza.

Aunque en España hay industrias que ya aplican estos principios, ¿para cuando una generalización en España como principio motor del progreso económico?