sábado, 10 de diciembre de 2016

LA FALACIA DE LOS POCOS IMPUESTOS QUE PAGAMOS EN ESPAÑA

Hace poco este bloguero ha tenido ocasión de cruzarse con un gráfico que desmonta el tan traído y llevado sainete de la poca recaudación que suponen los impuestos que pagamos en España.

El gráfico es este:


Se puede ver que aunque en nuestro país la presión fiscal es efectivamente, como siempre se publica, de un 34,40 %, también es cierto que hay otros muchos países en los que es menor, como son Australia, Canadá e Irlanda, que no son precisamente países subdesarrollados, y que nos situamos en este asunto al mismo nivel que el Reino Unido.

Es cierto que hay países con mayor recaudación impositiva, como Francia, Dinamarca, Finlandia o Suecia, pero no es cierto que en España la recaudación de impuestos sea anormalmente baja, como sí parece ser el caso de México, por ejemplo.

Para completar la idea anterior, la comparación con las tablas de los impuestos sobre la renta y sobre sociedades en EEUU (las actualmente vigentes, las propuestas por el líder de la mayoría del Congreso, y las propuestas por el presidente-electo) que aquí se adjuntan, son ciertamente interesantes a estos efectos:




Recordemos que la escala máxima para un contribuyente residente en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, es del 43,5% (claramente superior al 39,6% actual en USA, y no digamos al 33% propuesto), y que se aplica a partir de 60.000 € de renta, y no de los 231.400 $ (unos 218.000 €) que son aplicables en los USA. Para una renta de 60.000 €, en los EEUU la tasa impositiva sería del 15% ahora, que además se propone rebajar hasta el 12% en un futuro próximo.

Diferencias también muy significativas aparecen cuando se comparan las tasa del impuesto de sociedades en ambos países, con un 30% actualmente vigente en España.

La comparación con los Estados Unidos viene al caso porque la renta per cápita norteamericana fue más del doble de la española en 2015. Los datos anteriores dan para reflexionar...


martes, 6 de diciembre de 2016

LA POSIBLE DESAPARICIÓN DE LA CORRECCIÓN POLÍTICA

Los recientes resultados de las consultas a los ciudadanos de diferentes países han sorprendido a mucha gente: no se esperaban los resultados del referéndum que ha dado origen al Brexit, ni los de las elecciones presidenciales norteamericanas, ni los del referéndum colombiano sobre el acuerdo de paz en ese país, etc., etc.

El resultado del último referéndum político, el italiano sobre la reforma constitucional, ya no ha sorprendido a nadie porque estaba descontado que estaría en la línea de los anteriores. 

Todos estos datos en consultas populares a lo ancho del mundo indican una profunda desconexión entre los ciudadanos y el ambiente político que los rodea: se generaliza el grito común de que "no nos representan". A juicio de este bloguero la causa fundamental de este rechazo es la falta de adaptación a los nuevos tiempos de las ideas políticas tradicionales que han venido rigiendo en las últimas décadas: la corrección política ya no se acepta, o por lo menos esta corrección política actual.

Viene al caso añadir que la corrección política actual ha sido fundamentalmente la desarrollada por el estamento llamado "progresista", que sin embargo no ha sabido, y parece que continúa sin saber, cómo sustituirla por otra nueva serie de principios que sean aceptados por la generalidad.

Los recientes acontecimientos internos dentro del partido socialista español no hacen más que ahondar en esta idea: no hay un ideario común regenerador que sea aceptado por todos sus miembros, y por tanto con mucha mayor razón su ideario actual no es fácilmente transmitido al resto de los ciudadanos, con la consiguiente aparición de nuevos movimientos (en España y en muchos otros países) que rellenan el espacio dejado vacío.

Posiblemente, la falta de esa nueva corrección política hará que el "progresismo" quede reemplazado por otras ideologías que sí aporten nuevas ideas al desarrollo humano, en lo ideológico o en lo material. Dentro de ese necesario movimiento evolutivo se podría incluir lo que ya se atisba como la aparición de la "sin-ideología", que parece que va a representar el fenómeno Trump.

Aunque el mundo occidental haya reaccionado en principio visceralmente en contra de las ideas del nuevo presidente-electo norteamericano (lo cual por cierto no ha sido reproducido miméticamente en el mundo oriental), quizá estemos ante el comienzo de la desaparición de la corrección política tal como la entendemos ahora, y estemos comenzando a transitar por un nuevo mundo en el que se prescinda de ella, o ésta sea reemplazada por otra serie de elementos que no alcanzamos a vislumbrar por ahora.