viernes, 21 de diciembre de 2018

LA ACTUAL INVERSIÓN DE LA CURVA DE TIPOS DE INTERÉS Y LA PRÓXIMA RECESIÓN

Lo normal es que la curva de tipos de interés de las deudas con la duración de las mismas sea creciente con el tiempo de esa duración.

Es sabido, sin embargo, que cuando los tipos de interés a largo plazo (10 años) son inferiores a los tipos a corto plazo (6 meses ó 1 año), este fenómeno suele anunciar la venida de una recesión. La razón es obvia: los inversores, los consumidores y el mercado en general exigen que les paguen más por su dinero cuando lo prestan ahora mismo, porque no se fían de lo que va a pasar, que cuando lo prestan a muchos años, que está lejano en el tiempo y "Dios dirá lo que pasará entonces".

Con ello, todas las decisiones se posponen, las empresas producen y venden menos productos, bajan sus beneficios y por lógica, a plazo medio, también bajará su cotización bursátil, lo que arrastrará también las cotizaciones de la renta fija, y con este fenómeno generalizado producirá una recesión.

Los mercados se suelen fijar en la curva de tipos de los EEUU, porque es sabido que cuando los USA estornudan, el resto del mundo se acatarra. Y el caso es que, últimamente, la curva de tipos de los bonos gubernamentales USA se está invirtiendo. Por ahora son solo los tipos a 5-6 años los que son inferiores a los de 1-3 años, pero los tipos a 10 años siguen siendo superiores. Pero (¡ay!) la tendencia de los últimos meses es a que los tipos a corto plazo vayan subiendo paulatinamente y los a largo plazo se mantengan. Estamos pues en la senda peligrosa. porque esta tendencia es continua y se va acelerando.

Recordemos lo que decía Einstein (¡nada menos!)  de como perdió el dinero de sus inversiones: "Al principio poco a poco, y de repente todo".

Da mala espina el asunto de los tipos, máxime si recordamos que estamos en un ciclo económico positivo que dura ya más de 10 años. O sea que la siguiente recesión (inevitable según la historia económica) está cerca: se podría predecir (aunque de errores en las predicciones está llena la historia económica) que como para el mes de marzo-abril de 2019. Veremos...




miércoles, 22 de agosto de 2018

LO QUE DEBERÍAMOS MEDIR SI QUEREMOS CONOCER EL MERCADO DE TRABAJO

Los gobiernos de los países nos ofrecen periódicamente (mensualmente) datos sobre el mercado de trabajo, como por ejemplo el número de desempleados, el de puestos de trabajo creados en el último período analizado, el número de demandantes de empleo, etc. En numerosas ocasiones, esos resultados vienen condicionados por las hipótesis de partida, como por ejemplo el número de demandantes de empleo nuevos, es decir, que se incorporan al mercado de trabajo, o los de las personas que lo abandonan pro desánimo ú otras razones. Estas hipótesis pueden hacer variar sustancialmente la interpretación de los resultados con el tiempo.

Sin embargo, hay una estadística directa que nunca se nos ofrece, y es el número de personas que buscan cambiar de trabajo en un determinado período, por cualquier razón que ello sea.

Quizá pueda parecer en principio un dato anodino y sin interés para conocer la situación económica de un determinado país, pero analizando la cuestión con alguna profundidad nos apercibimos que buscar cambiar de trabajo supone por parte de la persona una percepción optimista de la situación en la que se desenvuelve, que es una clara expresión de como ve la situación general.

Buscar cambiar de trabajo supone quizá también cambiar de residencia, con lo que la óptica optimista es aún más patente, e incluso un aumento significativo del indicador podría señalar, en conjunción con otros indicadores, una mayor flexibilidad de los precios inmobiliarios. 

Ninguno de los datos que nos proporcionan actualmente, ni la EPA ni las estadísticas de empleo de la Seguridad Social, refleja el  nivel de esa percepción. No olvidemos además, que en gran parte la evolución económica futura de la economía depende de como ven la situación los actuantes en la misma, como queda reflejado en la multitud de índices que los diferentes países publican sobre esa percepción, tanto de los empresarios, como de los consumidores, como del sector financiero, por ejemplo.

No sería muy complicado obtener el dato sobre la intención de cambio de trabajo, dentro del marco de la encuesta de la EPA, por ejemplo, añadiendo una pregunta más a la propia encuesta. Los resultados, sobre todo desde una perspectiva de mirar la evolución del indicador, se intuye que podrían ser muy aleccionadores y podrían ser un indicador avanzado del crecimiento de la economía de un país.